Blog de Arquitics

6 de enero de 2013

NO LLORES POR LA LSP APRENDAMOS DE ESTE CHAVAL

La LSP es una de las consecuencias de la crisis del ladrillo.



El video que veis es muy ilustrativo. En realidad es como invertir la historia. Es Coliat venciendo a David. Pero la historia real es que el agresor es el chaval delgado que chuleaba al chaval corpulento.
Moraleja de la historia. Puedes tolerar la agresión hasta cierto punto. Pero hay momentos que hay que parar y decir, basta.
Los Colegios profesionales le vamos a dejar a parte, porque a estos ni pan ni agua. Vamos a pensar de forma más eficaz. Si somos víctima de un acos, vamos a usar el ejemplo del patio del colegio ¿qué opciones tenemos?

Uno, nos dejamos chantajear y nos convertimos en unos lelos del extorsionador. Hacemos lo que dice y pagamos la cuota o lo que nos pida.
¿Consecuencia? Se sentirá fuerte e irá a más. Subirá las cuotas y ejercerá todo tipo de abusos hasta que la situación sea insostenible y tengamos que abandonar el colegio. O el país, como están pensando hacer muchos profesionales.
Dos vamos a quejarnos al maestro y la dirección del colegio. Lo más probable que se pueda hacer algo. O como pasa en muchas ocasiones la situación empeora. El acoso aumenta. Además, el acosador reúne se junta con otros acosadores, todos forman una pandilla y se apoyan los unos a los otros.
Asumiendo esta opción, surge un problema, cada cultura tiene sus prejuicios y sus limitaciones ¿Estamos preparados para salir por ahí a recorrer mundo? O ¿Nos dedicaremos a dar clases de español para extranjeros? ¿Montamos un barucho en una zona turística caribeña? ¿Qué vamos a ofrecer? ¿Buen hacer?
Estamos condenados a vivir en un país donde la envidia hace que el que dirige un negocio solo busque gente inferior a él, para nutrir su orgullo y su falta de conocimiento. Por supuesto, la consecuencia es un pésimo servicio. Hay mucha gente que dirige negocios y no deberían hacerlo porque hacen más daño que servicio.
Dos, hacemos que aceptamos el chantaje y vamos al gimnasio y nos ponemos en manos de un buen entrenador, aprendemos de él a luchar y hacemos músculos. Aprendemos a ser pacientes hasta que llegue el momento oportuno ¡Y qué!

Le damos una lección al malvado. Pero no a puñetazo limpio, sino usando su energía en contra de él. Es el nivel de maestría de las artes marciales.
Los arquitectos solo podrán vencer los ingenieros, haciéndose más ingenieros y más economistas, o sea, más fuertes que los dos.

Moraleja, huir no es la solución, aprender de verdad es la respuesta. El proceso es personal e intransferible, nadie lo puede hacer por nosotros. No despreciemos al que nos ayuda a aprender. Desgraciadamente, la gente ha perdido la capacidad de distinguir entre el que sabe y el que no. Hay mucho charlatán suelto. No es un servicio da a cambio de dinero lo que se ofrece, es un acto de generosidad que no tiene precio. Pero el que no sabe no puede apreciar.
No matéis al enseñador ni el aprendiz.
El saber es el único arma que se puede utilizar.